Invirtiendo dentro del foso

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Quiero explicaros el concepto de “Foso Defensivo” en el mundo de las inversiones,para el que no lo conozca, pues es una de las piezas fundamentales en mi filosofía de inversión.

En una economía moderna existen infinidad de negocios y los emprendedores compiten entre sí por darse cuenta de las oportunidades de ganancia, conseguir clientes y crecer. Normalmente, las rentabilidades que obtiene todo negocio dependen del mercado y el sector en el que se muevan, cada cual tendrá sus peculiaridades y sus riesgos, y una parte importante de esa rentabilidad proviene de la rentabilidad que los inversores exigen por soportar esos riesgos (aunque será más correcto hablar de incertidumbre, pero eso lo dejamos para otro artículo).

Obviamente un buen resultado dependerá también de otros factores, como el esfuerzo de todos los miembros de la empresa, el talento y la perspicacia del emprendedor, los cambios en las preferencias de los consumidores, la rapidez para adaptarse al mercado, etc, y es obvio que el mercado está en constante cambio, pero en ese proceso tan complejo que es la sociedad, podemos detectar lo siguiente:

“LAS ALTAS RENTABILIDADES ATRAEN COMPETENCIA”

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Por ejemplo: si con el mismo capital, un restaurante está obteniendo ganancias muy superiores a los demás de la zona, esas ganancias atraerán competencia como moscas a la miel. Puede que hayas encontrado un modelo que guste mucho a la gente y que disfrutes de tu éxito durante varios meses, pero con el tiempo, ¿qué pasará?. Esas suculentas ganancias atraerán a otros emprendedores, emprendedores que copiarán tu menú, pondrán una decoración parecida, ofrecerán más parking, precios más bajos, etc. Esa competencia hará que esas ganancias extraordinarias se vayan repartiendo entre los nuevos competidores, y las rentabilidades poco a poco volverán a colocarse en un entorno muy similar. Disfrutaste de tu éxito un tiempo, pero no puedes mantener esas rentabilidades tan altas para siempre.

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En esta gráfica podemos ver empresas seleccionadas según la diferencia entre su rentabilidad sobre el capital (ROIC) y su coste de capital (WACC) en el año 1996. Conforme pasa el tiempo vemos que todas tienden a su coste de capital, y la suerte, el talento y las innovaciones quedan eliminadas por el tiempo y la competencia.

Así funcionan muchas veces los negocios, lo cual tiene su lado bueno, ya que esa competencia hace que los precios para los consumidores bajen y  los salarios reales tiendan a subir. Los empresarios tendrán que devanarse los sesos compitiendo unos contra otros para satisfacer a los consumidores, lo que hace que sus rentabilidades simplemente tiendan a reflejar el riesgo que han asumido. Has adelantado dinero durante un tiempo para invertir, dar trabajo y te has arriesgado, así que te mereces un interés, pero nada más.

Sin embargo,¿ existen empresas que pueden mantener altos retornos sobre el capital durante largos periodos de tiempo sin que la competencia consiga hacerles frente?, sí, y no estamos hablando de un monopolio que impone por la fuerza algún gobierno, sino de ventajas competitivas estructurales propias de ese negocio o sector. Esas empresas se encontrarán en el grupo de la línea azul en la gráfica anterior, y su rentabilidad no es pasajera, por eso el ROIC de ese grupo, de media, no llega a su WACC. Ahora hay que diferenciar las empresas cuya rentabilidad se debe a una ventaja duradera de las que no. Existe algo en el funcionamiento de esas empresas que hace que los propios consumidores concentren sus preferencias en unas pocas empresas, y como si de magia se tratara, los intereses de los consumidores y los de los inversores se alinean. Unos consiguen mejores productos y servicios, y los otros unos retornos sobre su inversión superiores a los que nunca esperaron. A esas cualidades intrínsecas o estructurales que hacen que el negocio esté protegido de la competencia las llamamos FOSOS DEFENSIVOS.

¿ Y cómo es esto posible?, ¿ qué tipos de fosos defensivos existen?. Bueno, existen principalmente 4, y os explicaré el primero para ir abriendo boca con algunos ejemplos:

1.– Imagen de marca: o como solemos decir los inversores, “activos intangibles”, que mola más. Pensad en Coca-cola. Apuesto a que puedo deciros muchas marcas sin provocaros ninguna reacción en particular, pero si os digo “Coca-cola”, “Disney” , “Apple” o “Nestlé”, la cosa cambia. A eso se le llama tener “cuotaBrand-Brain (1) mental”, y es más importante que la cuota de mercado. Has conseguido una cuota en la mente de los consumidores. Imaginemos que contratamos al empresario más competitivo del mundo y le damos 1.000 millones de euros para competir con Coca-cola, ¿qué puede hacer?, podrá gastarse millones en publicidad, en mejorar el sabor, en regalar su nueva cola a céntimos el litro, y sin embargo no conseguirá quitarles de la cabeza a millones de personas que el pensamiento “me apetece un refresco” equivale a “ponme una Coca-cola“, sin importar que sea más cara que tu nueva y fabulosa cola.

En el caso de Disney, además de evocar sentimientos positivos en los niños, reduce los costes de comparación de los padres. Imaginemos a una madre o a un padre en la sección de películas de dibujos. Hay películas de todos los tipos, y entre ellas la de Disney; ¿creéis que va a ver todas las películas para decidir qué película ve finalmente su hijo, con el esfuerzo, tiempo y dinero que ello supone?, NO!, coge la de Disney, aunque cueste 2 o 3 Euros más, y se va tranquila sabiendo que la película va a estar bien y a su hijo le va a gustar. La decisión es INDEPENDIENTE DEL PRECIO, y una de las señales para detectar un foso defensivo es que la empresa tiene PODER SOBRE EL PRECIO.

Algo parecido pasa con “Gillette”, “H&S”, “Dodot” o “Fairy”, todas son las llamadas marcas “valor seguro” de la empresa P&G, y una de sus fortalezas se basa precisamente en eso, los consumidores quieren ir a lo seguro, no arriesgarse y no tener que pasarse el día comparando. Compran esas marcas y sabe que no tendrán problemas.

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Los propios consumidores están creando nuestro foso, y nosotros como inversores podemos dormir más tranquilos, tenemos más margen de seguridad, podemos reinvertir beneficios a tasas más altas que la competencia y generar mucho valor. Somos propietarios de una empresa estable en la que es más fácil predecir el futuro.

En próximas entradas detallaré los otros tipos de fosos defensivos, de momento no hemos introducido en la ecuación el talento de los directivos, ni la valoración de la empresa para invertir, sólo recopilamos posibles candidatos detectando ventajas competitivas sostenibles.

Hasta la próxima ;).

Emérito.

4 pensamientos en “Invirtiendo dentro del foso

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